By Mayrin Moreno Macías
08 Jul 2019 06:15 pm
Se despide de los escenarios después de 40 años con el canto y la música. Fue homenajeado en "El Rincón de los Andinos", en Junín. Lo hicieron lagrimear y recordar buenos momentos.
Su amor al canto de Cuyo, su pasión por la tonada, su sentido por la vida y el sonar de una guitarra, son parte de su existencia y de su forma de hacer patria, Ricardo Ortiz vive así hasta que Dios diga basta.
El folclorista Ricardo Ortiz es guitarrero, cuyano y cantor. Hace unas semanas le hicieron un homenaje a su trayectoria en Junín. Decidió retirarse de los escenarios después de 40 años con el canto y la música. Compartió escenario con gente de San Luis: Los Hermanos Videla, Los Herederos, Carlos Palorma de La Paz y otros.
“El homenaje fue como un asesinato. Me hicieron lagrimear y recordar toda una época. No quieren que pase al olvido. Me dejaron anonadado”, dijo Ricardo.
Ese día los recuerdos que llegaron a su memoria fueron los de Villa Mercedes con la familia Vasconcelos. En ese lugar había una estancia que se llamaba "El Charañal Redondo". Ahí iban a parar los artistas “sin pelos ni marcas”. Todos los que iban al Festival de la calle Angosta paraban donde los Vasconcelos. Era gente humilde, sana, que convocaba y atendía muy bien, y Ricardo se hizo de esa familia. “Esos fueron momentos emotivos”, dijo.
Cuyano de pura cepa
Don Ricardo a los veinte años se fue a vivir a Mendoza Ciudad. Fue trasladado por la fuerza policial. Se quedó por un buen tiempo. Compartía los oficios de Policía y músico. Trabajaba con las dos profesiones de día y de noche. Cuando salía de día de la Policía, trabajaba de noche con la música y viceversa. Él es intérprete, pero tiene una línea de autores que le solventaban con material: Don Félix Dardo Palorma, Jorge Viñas de Tunuyán, Ernesto Villavicencio que ya partió, era sanjuanino. En su larga carrera ha grabado 12 discos.
El lugar donde fue homenajeado, en Junín, se caracteriza por sus arraigadas costumbres. Queda en el medio de una finca. Allí han hecho un quincho grande y lo llamaron "El Rincón de los Andinos". Ahí presentó su último disco “Solamente mi pasado”. Había más de 300 personas. En su honor le regalaron un recordatorio que la gente firmó con mensajes de agradecimiento y amor por su música. “Eso me mató”, dijo. “Para mi gran amigo, para el gran trabajador, la amistad es como el vino, mejor cuando es más añejo...”.
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