lunes, 14 de junio de 2021

Murió Raúl "El Sapo" Mendoza, uno de los grandes de la música cuyana

Noticia que jamás hubiese querido replicar o anunciar... Dios le de el descanso eterno... y consuelo a su familia y amigos.

Tenía 71 años
Fue un músico virtuoso y muy respetado en el ambiente del folclore.

Por redacción
12 de junio de 2021


"El Sapo" nunca estudió música, pero tenía un oído y manos prodigiosas. Por sobre todas las cosas, era un gran tipo. Foto: El Diario.

Detrás de su envoltura silenciosa y de una timidez provinciana, se escondía un músico extraordinario, un guitarrista delicado y un arreglador que se acomoda, cómodamente, entre los mejores de la provincia. Nolberto Raúl “El Sapo” Mendoza falleció en la noche del sábado y generó una pena grande entre quienes lo conocían, que bien podrían resumirse o amplificarse en todos los músicos folclóricos de la provincia.

Algunas complicaciones en el cuadro de COVID-19 con el que había sido diagnosticado se llevaron a Mendoza, a los 71 años. Con él se fue un músico que hizo de la llamada cuyana casi una religión y de la amistad una feligresía que respetaba sus rituales.
 
Mendoza era muy respetado por los folcloristas de su generación -una camada dorada que incluyó a Roberto Quiroga, Mario Rivarola, Héctor “Cholo” Torres y Víctor Sosa Ramírez- y adorado por las posteriores. Grupos como Algarroba.com, La Cautana y Alma de Guitarra jamás se reservaron elogios para él.

“El Sapo” había nacido en Mendoza pero a los diez años su padre, puntano, volvió a la provincia para ser albañil y criar junto a su esposa a sus ocho hijos. Fue justamente su padre, un guitarrista de parrales, quien lo empujó hacia la música y quien lo marcó para toda la vida.

Lo curioso es que Nolberto nunca estudió música ni guitarra, aunque desde la primera vez que tomó el instrumento se convirtió en un experto, capaz de acompañar a cualquier intérprete solo con su oído y sus manos prodigiosas. Quienes lo conocieron de cerca aseguran que las impresionantes virtudes musicales de “El Sapo” son casi nada en comparación con sus condiciones humanas.



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