lunes, 7 de diciembre de 2020

Por La Huella Que Dejaron... HILARIO CUADROS Vivo Fervor Cuyano

Revista Folklore N° 8
Diciembre de 1961
(Transcripción e imágenes de la revista)

CUYANO DE ALMA, DURANTE MUCHOS AÑOS DE DURA LUCHA HILARIO CUADROS CONSAGRÓ LA CANCIÓN DE SU TERRUÑO NATAL.

HILARIO CUADROS - casi lo estamos viendo - sonríe siempre, sus ojos brillaban siempre, alegres como el brillo de la uva recién visitada por la lluvia. Su sonrisa era un "afiche" de su generosidad. era bueno con todos. Y amigo de todos los que le conocían.

Su palabra, ligeramente ceceosa entre sus dientes ralos, solía dar a su gesto un algo aniñado. Un toque de inocencia. Una invitación a la confianza. Que por otra parte, HILARIO jamás desmentía. Tenía, de verdad, un alma de niño. Una pura confianza en todos y especialmente en el porvenir, que le permitió sobrellevar años de lucha, de esa lucha más amarga aún porque se hace cantando. Que es la forma de luchar de los que llevan, como llevaba HILARIO CUADROS, un pájaro dentro del corazón.

Había nacido en Guaymallén, la víspera de Nochebuena en 1902. Unos meses más joven que aquel otro cantor montañés que iba a ser uno de los más entrañables amigos de su vida y a quien siguió en un lapso de 24 horas, en el viaje a la eternidad: DON MANUEL ACOSTA VILLAFAÑE.
DON MANUEL fue sepultado el día de la Virgen del Valle. HILARIO CUADROS murió el día de la Virgen de la Carrodilla. Ambas, representaciones de la Virgen María, a la que ambos habían dedicado el fervor de sus vidas.

Adolescente aún, alternaba sus obligaciones de estudiante con los andares de la guitarra y la canción. Lo hacía tan bien, que por Mendoza comenzaba a hablarse de "EL CHILENITO", apodo que tuvo desde chico, por razón de su padre chileno, aunque su madre era argentina y él, nacido en Guaymallén.
En 1928 el muchacho ya era bien conocido como cantor y bailarín de cuecas, a más de afortunado verseador, que empezaba ya a cantar cosas propias.


Su hermano JUAN GUILLERMO lo apoya y es su mejor y más entusiasta admirador. Forma dúo con DOMINGO MORALES. Canta en Mendoza. Lo solicitan desde San Juan. Un periodista porteño que los oye, comenta en su diario que ha oído las mejores cuecas y tonadas del DÚO CUADROS - MORALES, agregando que son verdaderos TROVADORES DE CUYO. De Ahí les que HILARIO CUADROS llevaría ya para siempre con su su conjunto "TROVADORES DE CUYO".
El DÚO CUADROS - MORALES deja la Cañadita Alegre, el barrio donde había nacido al mundo de la música.
Y se viene a Buenos Aires. Ya son más: se integra el conjunto con ROBERTO PUCCIO y ALBERTO QUINI. Se presentan en el Gran Cine Florida. También en el Teatro Casino. Conocen los primeros aplausos porteños. Sueñan con la radiotelefonía. Entran en ella.
la paga es mala, pero la gloria se agranda. Buenos Aires no les es indiferente del todo a LOS TROVADORES DE CUYO. Pero los empresarios si. era el tiempo en que "lo gaucho" no interesaba. Zambas y vidalas, gatos y chacareras, no llegaban al corazón empresario. Al público, si. Pero siempre en la escasa medida en que los dueños de las radios o de los salones de espectáculos o los de grabadoras de discos lo permitían. Para ellos era mejor negocio lo extranjero. Se barnizaban de cultura...
Actuaron en una radio, con buen éxito de público. Pero la actuación concluye bien pronto. Deben dejar el micrófono. Y son reemplazados por un conjunto extranjero. Tiempo después, cuando HILARIO CUADROS llega al país extranjero de donde provenían sus reemplazantes - que seguían actuando -, se dijo que solamente podrían trabajar una semana por no permitir más reglamentaciones locales que defendían lo nacional!...
Buenos Aires ya cantaba su cueca "LOS SESENTA GRANADEROS". Y se silbaba en las calles. Que es índice de consagración. Con todo, tuvo que regresar a Cañadita Alegre, desde su rincón a la sombra de la cordillera madre. Cuatro años permaneció. No vencido sino juntando esfuerzos para seguir la historia.
QUINI, se desvinculó del rubro, para dedicarse a trabajos menos líricos pero más remunerativos. CUADROS, decidió seguir. Rehace sus filas y emprendió una gira llevando el mensaje de Cuyo por las hermanas provincias andinas: San Juan, La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero. También San Luis y Jujuy, los reciben y los aplauden.

En la fotografía aparecen los integrantes del primer conjunto que formo HILARIO CUADROS, cuando debutó en un cine de la calle Florida. Sus componentes eran DOMINGO MORALES, ALBERTO QUINI y ROBERTO PUCCIO.

Este triunfo en tierras de los que saben gustar de la música y diferenciar lo bueno de lo falso, los alienta a tentar de nuevo la aventura en Buenos Aires. Con el viejo compañero MORALES, con LUCIANO SENRA, JOSÉ HERRERO, BENJAMÍN MIRANDA y CARLOS GALÁN, se allegan otra vez a Buenos Aires.
Y da la suerte que encuentran a un vasco amante de lo argentino. Este vasco era dueño de un broadcasting. Los oye y los contrata. No solo eso: en horas de actuación de LOS TROVADORES DE CUYO, este buen vasco deja su oficina y va hasta la sala de transmisión para escucharlos. Este hombre que ha hecho mucho por lo argentino desde Radio Fenix, es DON GREGORIO CHEVARRÍA. En su broadcasting de la calle Santa Fe, lanzó al aire voces como la pampeana VIRGINIA VERA y la noréstica de MARTHA DE LOS RÍOS.
A "LOS SESENTA GRANADEROS", siguen más canciones: "MI TERRUÑO", "MENDOZA TIERRA QUERIDA", "LA CANCIÓN DE LOS ARRIEROS", "LOS ÚLTIMOS GAUCHOS", "EL SARGENTO DE AYACUCHO", "MUJER INGRATA", "LA MONJITA", "LA CANCIÓN DEL JARILLERO", "VIRGEN DE LA CARRODILLA"; "EL HÉROE DE CHANCAY", "FLOR DE MIS VIÑEDOS". Con ARANCIBIA LABORDA compone la cueca "MI PATRONA Y GENERALA" y con MARCOS LÓPEZ director del conjunto LOS TROPEROS DE PAMPA DE ACHALA, compone la cueca "BANDERA DE LOS ANDES". "FLOR DE GUAYMALLÉN", "A MARTINA CHAPANAY", el vals "AZUL... AZUL" son creaciones suyas en que canta a la patria al amor y a su predio natal.
Al transponer 1950, HILARIO CUADROS sufrió un serio revés en su salud.
Andaba escaso de medios económicos - como siempre - y se realizó en Mendoza una campaña para ayudarlo. Con el "slogan" de "HILARIO LO NECESITA", se juntó bastante dinero en festivales y otros actos a los que ningún artista escatimo su presencia. Tuvo de todo, sanatorio, operación, descanso, convalecencia. Es que el espíritu argentino, volvía de nuevo a ser solidario con quien, a fuerza de canciones, se había hecho acreedor a su gratitud.
En 1956, mes de diciembre, día 8 en Buenos Aires, ciudad a la que tanto había querido, HILARIO CUADROS se va físicamente, a los reinos del eterno silencio. Pero queda, vibrando en los aires de la patria, el eco de sus canciones, la voz de sus discos. Y su música que sigue tiritando en todas las guitarras.





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