-¿Como surge el proyecto?
-Mis trabajos de investigación eran sobre instrumentos arqueológicos,
en Mendoza he escuchado decir que los aborígenes no hicieron música, por otro
lado en bibliografía no había datos sobre música precolombina, solo algunas
referencias mínimas de algunos instrumentos. Entonces empecé a recorrer los
museos de la provincia donde encontré muchos instrumentos guardados o que no
estaban catalogados como tales. Casualmente el departamento de Mendoza
donde se encontraron la mayor cantidad de instrumentos arqueológicos fue
Malargüe. Eso me obligaba a viajar al Museo a sacar fotos, medirlos,
estudiarlos y en esas idas y vueltas encontré estas mujeres que cantaban de
manera diferente, entonces me entró la curiosidad. Hablando con el director
de cultura, quien había sido director de escuela rural es decir había estado
en contacto con estas tradiciones. Me llamó la atención que nunca había
sido grabado su canto, una tradición que estaba fuera del conocimiento
general de la gente porque no se había investigado, ningún recopilador había
ido a la zona y si lo hicieron, nunca se interesaron en documentarlo.
Es decir había una especie de urgencia para grabarlo teniendo en cuenta que
las cantoras no han seguido trasmitiendo la tradición, pudiendo perderse para
siempre cuando mueran las que están ahora. El director se interesó por
el proyecto y finalmente me brindó el apoyo la municipalidad de
Malargüe. Apuntaba a grabarlas porque nunca lo habían hecho, así que
nos dedicamos a los trabajos de campo. No estaba en nuestras intenciones
hacer un disco, pero cuando tuve todo el material en las manos vi la
posibilidad de hacerlo por la valorización de parte de ellas mismas.
Cuando les pregunto porque no cantan más seguido ellas responden que es más
interesante el cantar de los hombres y no el de ellas. Con el disco se
dieron cuenta de lo importante que es dejar un testimonio de su canto.
-¿Que tipo de música hacen?
- Hacen tonadas, cuecas,
canciones que no son chilenas ni cuyanas, es decir están en el medio. Las
cuecas que hacen los hombres era muy interesante, yo empecé con las cantoras
porque era novedoso. Se dice que ellos hacen folklore cuyano,
porque hacen una cueca malargüina. Pero es diferente, una mezcla
de cuecas chilenas y neuquinas. Al empezar a estudiarlas uno se da
cuenta que las diferencias son mínimas. Pero la de las cantoras tiene
más que ver con la chilena que con la cuyana, en la tonada pasa lo mismo: la
canción es muy parecida a la tonada con ritmo de cueca. Es lo que en
Chile se llama tonada canción o tonada con estribillo. Ese es el único
género cantado por ellas. Se acompañan únicamente con guitarra interpretada
por ella misma. En cuecas y estribillos hay un tañador generalmente de sexo
masculino que percute al ritmo de la canción en la caja de la guitarra que
está utilizando la cantora, ocasionalmente puede ser una mujer que lo haga
solo en calidad de “ayudadora”.
-¿Solo cantan tonadas y cuecas?
-Hay otro que pude grabarlo hace poco tiempo. Son los
parabienes, un tipo de música que se hacía en los casamientos. Después
de la ceremonia llegaban a caballo a la casa donde hacían la fiesta, allí, ya
estaba instalada una cantora esperando los novios para cantarles los
parabienes, una canción específicamente hecha para esos momentos. Como
fueron cambiando todas las costumbres se ha ido perdiendo. Para
poder grabarlo hay que encontrar un casamiento en medio del campo que
mantenga la tradición. A mí me la cantó una de las cantoras de más
edad, era algo típico que está en desuso totalmente.
-¿Hay un parecido con las cantoras neuquinas?
-En realidad la misma tradición abarca el norte de Neuquén, la zona del
Maule en Chile, llamada la 7º región cuya capital es Talca. El problema
es que nos basamos demasiado en los límites políticos que son puestos
arbitrariamente. Para entender correctamente habría que tratar la zona
como un área cultural. Las que viven en la ciudad de Malargue y alrededores
actualmente, cuando aprendieron a cantar vivían del otro lado del río
al Suroeste de la ciudad o en Neuquén con quienes tienen una comunicación
permanente. El contacto con Chile se perdió con la llegada de la
gendarmería y con Neuquén por las barreras fitosanitarias. Eso es una
traba para la gente que no puede cultivar para vender. Venirse a
Malargüe representa andar 200 kilómetros y el límite con Neuquén lo
tienen apenas a 20
kilómetros. Pero al no poder pasar vegetales
quedan aislados. Eso afecta su economía y favorece el mantenimiento de
las tradiciones propias de la zona. En ninguna parte de la provincia se
ve la riqueza del lugar pero el indicador principal que nos muestra va en vía
de desaparecer porque la más joven tiene 42 años y la mayor 85 años.
-¿A que edad aprendían a cantar?
-Ellas aprendían a cantar cuando eran niñas o adolescentes y ahora no
existen. Las que lo hacen cantan mexicano o cumbias y lo curioso es que los
hombres cantores tienen menos de 40 años. Ellos han ido desplazando a
las cantoras, eso lo he corroborado en diferentes entrevistas donde la
actitud de los folkloristas mendocinos es que lo tradicional y
folklórico es la tonada, gato, cueca y lo que no se puede catalogar de esa
manera no es auténtico.
- ¿Tuviste alguna experiencia?
-Si, me ha pasado en Lavalle, donde me he topado con cosas más
interesante que esos ritmos y tampoco han sido registrados. Las relaciones
por ejemplo tienen mucha presencia, son un recitado sobre algún texto
del Martín Fierro, Hormiga negra, compuestos por ellos, o en algunos
casos improvisados acompañados por guitarra, con un ritmo tipo milonga.
Algo parecido a lo que hacen los payadores, pero no es payada porque no hay
contrapunto. Por otra parte he encontrado pasillos colombianos, corridos
mexicanos o cumbias de Leo Dan que los folkloristas dicen eso no es folklore
y para la gente del lugar es su música. Hacen una tonada, una cueca, un
pasillo, un gato, un pasodoble y no separan esta sí, esta no.
-Cuando se habla como llega la zamba acá se dice que
la marinera peruana llega a Chile, y de allí pasa a Mendoza. ¿El ritmo que
ellas hacen sería el paso intermedio entre la cueca chilena y la cuyana?
-Casi, casi. Con las cantoras se da una situación especial, han
quedado de lado, sin registrar porque para muchos es considerada música
chilena. Para mí, desde el momento que ellas las ejecutan es música de
Malargüe. Si nos ponemos a hablar de los orígenes, entonces las tonadas y las
cuecas son música española porque no tiene elementos indígenas, desde un punto
de vista melódico-rítmico vienen de Europa.
- Contanos de la zona
Esa zona malargüina, a la margen derecha del río Grande
tiene muchísima influencia chilena. En principio porque se pobló
desde allí, los primeros habitantes – ganaderos trashumantes, cuyo
ganado caprino es el que mejor se adapta a la región-pasaron por la puerta
del río Barrancas, en su nacimiento cuando se transforma en Colorado al
unirse con el Grande. El primer contacto de esos habitantes con otras
poblaciones lo tuvieron con la radio chilena que hasta la actualidad
siguen escuchando, tal vez un poco menos, porque hay radios en Malargüe con
antenas grandes. Recién el año `39 se creó un puente sobre el río Grande
porque no era posible cruzarlo para ir a comerciar a Malargüe, hasta ese
momento era más fácil atravesar la Cordillera con los chivos después de la
veranada, donde los vendían y compraban todo la mercadería necesaria para
todo el año. Recién cuando entra la gendarmería pasa a ser
contrabando. Entonces se empieza a aislar más la zona y se empobrece.
Por eso el puente era necesario para mantener contacto con Malargüe.
Hasta ese momento esta comunicación permanente con Chile afectaba desde el
punto de vista cultural porque las criaturas que nacían eran anotadas en el
país vecino, porque era lo que tenían más a mano, ya que es imposible vadear
el río a caballo debido a su enorme caudal.
-¿Cómo eran las fiestas donde cantaban las cantoras?
- En la zona solamente cantaban las mujeres, ella eran las encargadas
de poner la música en las fiestas. De pronto hace como 40 años
comenzaron a hacerlo también los hombres y fueron avanzando sin pausa
porque a la gente del lugar, les parecía atractiva la novedad que hacían los
varones con alguna tonada al principio, porque no se baila, con el
cogollo dedicado al dueño de casa y cuecas malargüinas.
-¿Qué diferencia tienen con la cuyana?
-Sin duda la velocidad, es más parecida a la chilena, aunque se las
baila muy achilenado desde el punto de vista formal se asemeja más a
una cueca cuyana. Si alguien visita la zona seguramente no las sabe
bailar con los saltitos o el movimiento del pañuelo.
-Volvamos a las cantoras. ¿Siempre necesitan un
tañador?
-Sí, puede ser hombre o mujer es indistinto, siempre se tañe con las
uñas sobre la caja de la guitarra. Ahora estoy tratando de ver el contexto de
la ejecución de esta música. La mayoría de las canciones que contiene el
disco fueron grabadas en la casa de las cantoras y los últimos temas
del compacto están tomados de fiestas donde se hace música del lugar.
Pueden ser carreras de caballos, celebraciones familiares o las veladas de
santo.
_ ¿Quienes las hacen y a quien están dedicadas?
-Las hacen los puesteros. Cada uno es devoto de uno o dos
santos, al que le hace una promesa “la manda”, cuando se cumple el pedido le
hace la fiesta. Por ejemplo se promete hacer una cena por única vez
pero hay otros que lo hacen de por vida. La semana pasada estuve en una
fiesta en honor de San Sebastián en Calmuco. El puestero le pidió por
su salud, como se cumplió al poco tiempo dijo-”Mientras yo viva voy a matar
una vaca y voy a comprar velas por el valor de un chivo”_ es decir si
ahora cuesta $40 y el al año siguiente $60 cumplirá igual con su promesa.
-Es decir que el santo mantiene la paridad pese a la inflación
-(Risas) Exacto. Y lo más curioso es que es un santo importante en la
veneración local aunque no tienen muy en claro si es el santo de la salud, de
los viajes o de la abundancia y en el resto de la provincia no es
conocido. En la edad media en Europa era quien curaba de las flechas
envenenadas, pero ha perdido vigencia ese mal. Bueno, volviendo a la fiesta
empieza con una cena comunitaria abierta para todo el mundo, donde no hace
falta invitación, después viene la música en vivo, nunca grabada, y están 24,
48, 72 horas o 5 días no tiene tope. Esta duró 3 días, donde en ningún
momento faltó la música. El que quiere dormir, se tira un par de horas
y vuelve. Cantan los hombres, si hay cantoras lo hacen por poco tiempo,
no hay grupos estables sino 3 cantores que se ponen enfrentados entre sí sin
mirar al público. De pronto viene otro para reemplazar a alguno de ellos, se
turnan y no hay ensayos. Claro no puede haberlo entre gente que vive,
tal vez a 100
kilómetros de distancia uno de otro, los bailarines
también se turnan y la fiesta dura lo que tiene que durar cuando ven que la
gente se empieza a ir. No tienen luz eléctrica, solo paneles solares,
lo que les permite tener grabadores, pero en estos eventos es condición
primordial la música en vivo. Hay muchos cantores en la zona sin
embargo ellos no lo hacen por placer solo si hay fiesta. Por eso cuando
estuve grabando a las cantoras, antes de escucharlas tuve que hacer 3 viajes
al campo para tomar contacto con ellas y que me tomaran confianza ¿Si
no cual era el motivo para cantar si no había fiesta? Fue un trabajo lento
tratando que la ansiedad no me traicione pero pensaba que si les insistía
desde un primer momento me iba a empezar a cerrar puertas.
Carlos Arancibia
Fuente: http://www.folkloretradiciones.com.ar/articulos/diego%20bosquet.htm
DIEGO BOSQUET:
LAS CANTORAS DE MALARGÜE:
LAS ÚLTIMAS HEREDERAS DE UN
CANTO TRADICIONAL (2º PARTE)
La silenciosa tarea de los investigadores no siempre es bien difundida. Estas
notas es un pequeño aporte a la tarea del etnomusicólogo Diego Bosquet sobre las
cantoras malargüinas, pudiendo plasmar sus canciones en el disco llamado:
“Las cantoras de Malargüe” Música tradicional del Sur de Mendoza.
-¿De donde pensás que provienen las letras de las cantoras?
-Yo pienso que vienen de Chile o España, porque hay textos sefardíes que nos
llegan desde antes del siglo XIV, romances y coplas españolas del siglo XVI
que ellas cantan como si fueran cuecas. Los textos se han ido trasmitiendo
oralmente, así que seguro han sufrido modificaciones con el tiempo.
-¿Tienen temas propios?
-Habitualmente no los tienen. Con esta música se da la particularidad de la
falta de autoría tanto en letra como en música al igual que el título. Yo lo
he resuelto poniéndole el primer verso para poder identificarlas. El tema de
la autoría se da en los contextos muy tradicionales, termina siendo
colectiva. Suele suceder que una misma letra sea cantada con diferente ritmo,
aún por la misma cantora, como si tuviera un repertorio de melodías y otro de
letras completamente separados y la combinación la hacen de acuerdo al
momento de la fiesta. Suben a cantar como les sale.
-¿Qué diferencia estructural tienen con la cuyana?
-La cueca cuyana tiene dos pies, unido por un vínculo desde el punto de vista
de la temática y relacionados con el estribillo. La cueca de las cantoras
tienen un solo pie y tiene que cantar otro segundo pie que es de otra cueca.
O hacen la primera con un determinado texto y la segunda es con la melodía de
otra. En Chile hacen tres pies. Hay bastante similitud con lo que hacen ellas
con la música que se hacía en Mendoza a principios del siglo XX, es como si
el norte de la provincia se hubiera ido deschinelizando.Estoy casi seguro que
en el siglo IXX no había diferencia entre la música chilena de la cuyana.
-¿Aparte de la música que te aportaron?
- Por intermedio de las más ancianas pude entender este vinculo con el
chileno, pese a ser personas que nunca cruzaron la cordillera, lo hicieron a
través del relato de sus padres, cuando llevaban ganado para vender en el
vecino país. Así pude ir entendiendo como fue ingresando esta música, y como
fue quedando aislada también. Pese a que en Ranquil Norte ahora tienen
electricidad, por lo tanto las que viven allí tienen televisión, cable, eso
va modificando todo su entorno, sin embargo ellas lo tienen muy claro. Eso es
lo suyo. Lo que viene de afuera no lo sienten como propio, está muy lejos y
nunca va a formar parte de su realidad. Tienen su rutina de vida que no es
comparable ni siquiera con la de los habitantes de los pueblitos. Viven en caseríos
cuya mayoría no tienen luz, salvo Ranquil Norte porque se la mandan desde
Barrancas distante 30 Km.
Las demás están dispersas en 200
Km. donde tienen un generador que solo se mantiene
prendido 2 horas a la noche, los que pueden tienen paneles solares, con eso
se van arreglando. Lo más importante de estos lugares son las escuelas
albergues rurales y la vida de la comunidad gira en torno a ellas. Yo he
tenido mucho apoyo porque me instalé en una de ellas, cuyo director conocía a
todo el mundo, se lo respeta mucho. Pensemos que cada pueblo tiene un
intendente y en este caso estaba a 200 Km. de distancia por caminos malos. Así
que la escuela reemplaza casi a la autoridad, además de darle trabajo a la
gente como portero, celador ocasional etc.
-¿Pensás que la comunidad tomó conciencia del patrimonio cultural que tienen?
- En Ranquil Norte sí. Con la presentación del disco hicimos el “1* Encuentro
de cantoras” y la participación de la comunidad fue impresionante. Venía
gente a caballo para ver de qué se trataba, es como la capital de las
cantoras.
-¿Tenés la secreta esperanza que lo sucedido en Ranquil Norte sea el
nacimiento de nuevas cantoras?
-Es el deseo de todos. A partir de la revalorización de la gente para con
ellas. Estaban ahí pero no les importaba, inclusive a veces se les prohibía
cantar o se avergonzaban que su madre fuera cantora. Hoy es al revés se
sienten orgullosos de tenerla en la familia. Desde el punto de vista de la
investigación yo hubiera preferido tener más tiempo, grabar más, hacer estudios
comparativos. Pero sabía que el disco iba a ayudar. Algunas les están
enseñando a sus hijas y nietas. Veremos cuales son los resultados, era la
única forma de saber que las generaciones siguientes van a poder escuchar,
para que no se pierda y que la gente esté convencida desde los gobiernos o
los investigadores apunten a la valorización de las tradiciones.
-¿Cuántas cantoras hay?
-En el disco intervienen 10 cantoras, pero hay más. Algunas no las pude
grabar porque no tienen guitarra en la casa o porque se habían ido a la
veranada. Yo calculo que habrá un total de 25 más o menos. Cuando hice el
relevamiento hace 3 años la más anciana tenía 84 años, la menor 42.
-¿En cuánto tiempo grabaste el disco?
-La grabación en sí la pude realizar en un solo viaje, pero el trabajo de
campo me llevó tres viajes previos. Aunque conservaba las grabaciones
anteriores, preferí que tuviera una sola unidad hacerlo en el lapso de una
semana.
-¿Tuviste algún contacto con folklorólogos de Neuquén o Chile?
-En toda la zona solo hay algunos de Buenos Aires trabajando en el campo
antropológico sobre la cultura del puestero trashumante pero no haciendo
estudios etno-musicales. De Neuquén no conozco, en Chile he tenido charlas
con Margot Loyola, y Osvaldo Caique quienes han trabajado en todo su país
recopilando música, pero no han hecho un estudio especifico sobre la zona.
Estamos viendo la posibilidad de hacer un trabajo integral. Recordá que yo me
basé en los límites políticos. Además en Neuquén hay cantoras grabadas, al
igual que en Chile pero no las había en Malargüe, y el proyecto estaba
apoyado por la
Municipalidad. Así que debía moverme dentro de los límites
del departamento, pero existe la necesidad imperante de tratar todo eso como
área cultural.
-¿Vas a volcar en un libro tu trabajo de investigación?
-Sí, la idea es hacer un libro que contenga el disco. Que al leerlo tenga las
referencias auditivas. En principio pensé en hacerlo sobre las cantoras en
particular pero viendo la riqueza de todo tipo que hay, espero tratar toda la
música rural de Malargüe. Además en Mendoza estamos intentando armar un
archivo sonoro, desde hace 14 años lo tengo. En la provincia ya tenemos sede
en el C.R.I.D.C Centro regional de investigaciones y desarrollo cultural pero
nos falta equipamiento. Ya está el archivo histórico y fotográfico, el
laboratorio de paleontología, historia regional. Es un centro que se inauguró
el año pasado y la intención es que todos los materiales que vamos grabando
en el campo más las cosas que da la gente estén en un archivo a disposición
de la comunidad.
JUANITA VILLAR
Nos abrió su casa con la sencillez de la gente paisana. Juanita Villar es una
de las cantoras que integra el disco, esto nos decía:
Nací en Neuquén y vivo desde hace 30 años en la ciudad de Malargüe. Mi primera
canción fue la despedida a mi madre a los 10 años antes de irme a Chile a
estudiar. Recuerdo que le brindé una tonada y un par de cuecas como homenaje,
dejándola sorprendida porque nunca me había escuchado cantar ni tocar la
guitarra.
-¿Dónde las había aprendido?
- De a poco. Éramos 16 hermanos acostumbrados que cuando se reunían los
mayores no debíamos participar los niños. A mi papá solo le bastaba una
mirada para recordárnoslos. Pero mi mamá cantaba y también mis hermanas
mayores y nosotros escuchábamos a través de una ventanita.
-¿Cuándo cantaban?
-Para el día de los santos o solo cuando había fiesta. Por ejemplo mi mamá
Margarita de Carmen LLalco celebraba el día de las Carmen, y mi hermana el
día de las Rosas, hacían una fiesta que duraba 5 días, se atendía muy bien a
toda la gente, papá carneaba vacunos, se cantaba y bailaba. Los temas que
grabé son las canciones que traído en la memoria desde esa época.
Toma su guitarra y acompañada por su tañador nos deleita con un canto que
encierra la esperanza de seguir brotando en savia nueva.
Fuente: http://www.folkloretradiciones.com.ar/articulos/diego%20bosquet2_parte.htm
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Hermoso trabajo! me interesa muchísimo! me ofrezco a colaborar con lo que haga falta.
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